Entrevista con Gustavo Prado
Gustavo Prado se dedica a ver, pensar y analizar. Es un experto en tendencias que se ha posicionado como una de las voces más influyentes en el mundo de la moda y el diseño. Gustavo parte de la imagen urbana, observa los símbolos que adopta cada cultura y se apropia de ellos para explorar el presente mediante su plataforma TRENDO MX.
Gustavo Prado trabaja con el flujo de la modernidad y la redefinición de identidades. En el presente, está ocurriendo una enorme democratización respecto a lo que antes se definía como el gran arte; es decir, las expresiones artísticas están escapando de los formatos oficiales para transitar por las calles. El arte ya no sólo se encuentra en una pintura o una escultura, el diseño tiene la capacidad de llevar las obras hacia cualquier formato, desde un tatuaje, una intervención del espacio callejero, una prenda o un póster, hasta un objeto de uso cotidiano que le permite al artista capitalizar y popularizar su creación. Concebir el arte como un objeto útil y no un espejismo de mera contemplación. Volver a la mano que dibuja lo que el ojo observa.
“Esto está sucediendo en Bogotá, Sao Paulo y Ciudad de México, principalmente. Antes necesitabas el permiso de las instituciones para poder expresarte y ahora vas a la calle y lo plasmas, o lo dibujas en la espalda de alguien. La gente empieza a vender desde pins y playeras. Con eso entra en un mundo donde puede capitalizar su creación.”
Para formar parte de una realidad inmersa en la vorágine digital, es necesario que los artistas se apropien de las herramientas audiovisuales y las redes sociales para llegar a los espectadores. Los seguidores con los que cuenta un artista en su galería de Instagram o en su canal de Youtube, son los que comúnmente asisten y consumen su trabajo en las ferias de diseño y presentaciones, formando pequeños ecosistemas creativos que permiten al artista emergente vivir de su obra. TRENDO MX tiene muy claro que, para fomentar y promover una forma de arte, hay que aprovechar las armas nucleares del momento; el celular, la cámara, los canales y la capacidad de insertarte en una dimensión virtual.
“Sabemos que hay algunos tatuadores y grafiteros que se van a convertir en grandes artistas, que van a ser los Diegos y Fridas del futuro, también algunos que están experimentando con la ropa van a ser los grandes íconos del mañana”.
Gustavo Prado se pregunta si hay una renovación a nivel museológico, las nuevas generaciones no son representadas en espacios oficiales. Estamos viviendo un momento de ebullición de los circuitos creados por los propios artistas. En México, el tiempo económicamente escaso que estamos viviendo, propicia que ya no confiemos en las estructuras del pasado y nos acerquemos cada vez más a los espacios alternativos de búsqueda artística, de creación y contemplación, inventar un mundo propio donde el flujo sea necesario. Por lo tanto, es indispensable comenzar a crear y reivindicar los lenguajes bajo los que se construyen las marcas y los artistas, construir a partir de la importancia de lo digital y la crítica. La interdisciplina como eje de creación.
Vivimos en un momento de consumo excesivo que pasó de ser un circuito cerrado y elitista a ser consciente, accesible y congruente con el gusto propio. Ya no permitimos que nos impongan la relevancia del gran arte. Las reivindicaciones sociales y la consciencia estética que cada persona posee es lo importante para expresar tu identidad a partir de lo que creas o proyectas.
“Queremos ver rostros que nos identifiquen a nivel de identidad y eso está pasando en toda América Latina, es una redefinición. No queremos que de afuera nos digan cómo debemos ser sino desde adentro queremos sentir quién somos”
Bajo la perspectiva de Gustavo Prado, la identidad artística en México no está avanzando al ritmo de las grandes potencias culturales del mundo. El problema principal radica en que la gente está ávida por escuchar lo que se enuncia desde la cultura. La dinámica de voz pública tiene como objeto compartir el conocimiento con la gente, hacerla parte de la obra y demostrar que el arte está vivo y es tangible. La mayoría de las instituciones culturales, el arte conceptual y los grandes curadores no han entendido cómo democratizarlo y volverlo relevante a nivel de redes sociales. Si no te interesa avanzar al ritmo del mundo, tu proyecto no sobrevive. Es necesario que, como país, nos deje de avergonzar la producción de moda, diseño, grafiti y cualquier expresión alternativa para dejar de concebirnos como artistas de tercer mundo.
Paralelamente, el problema de la crítica y el análisis de tendencias en México es muy pobre y carga con un retraso más que evidente. Para TRENDO MX, es absolutamente necesario analizar la imagen para poder plantear qué se está creando en otros niveles y provocar el ejercicio de una creatividad de avanzada. Los editores y gestores culturales están en retroceso al limitarse a pensar que en México no estamos listos para consumir arte con propuestas de mayor envergadura.
“Cualquier chava y chavo que usa Instagram está viendo las tendencias de ayer. Lo que se encuentra en las revistas ya no le está hablando de lo que busca, el mundo editorial está quebrando porque hay una verdadera necesidad de vanguardia y transformación”.
Gustavo Prado está convencido de que, como latinoamericanos, compartimos un conjunto de sabores, ritmos y visión del mundo que nos permiten estar en sintonía con los signos artísticos que buscamos. La latinidad es una elección de lenguajes comunes que nos definen y redefinen desde la identidad. Por esto, es necesario posicionarnos en el mundo como una comunidad con múltiples disidencias y miradas que está más que preparada para detonar la forma en la que se concibe el arte.
“Ser latino es un ritmo, un sabor, una actitud y un lenguaje. Ser latino es lo de hoy”.
–Gustavo Prado.