Por Kinari Chargoy .
“Lo que vemos no vale -no vive- a nuestros ojos más que por lo que nos mira. Ineluctable, sin embargo, es la escisión que separa en nosotros lo que vemos de lo que nos mira.”
(Didi Huberman: 1992)
Emilio Rangel busca, a través de la sátira, desestabilizar los discursos y cánones sociales que rigen nuestro comportamiento. Su obra se vale de elementos y personajes de la cultura popular utilizados como herramientas discursivas que le permiten hacer críticas perspicaces a la ideología hegemónica dominante; caracterizándose por el uso de retóricas irónicas que exhiben las banalidades y estereotipos que conforman nuestra identidad.

La Venus de Milio (P.U.) Emilio Rangel, Escultura, México, 2021 Bronce, cobre, cantera, mecanismo de bombeo 140 x 85 x 92cm
El jamón es de Venus y el chorizo de Marte invita al espectador a presenciar una pelea épica y única en su clase. Respetable público, en este coliseo lucharán a dos de tres caídas, sin límite de tiempo Venus contra Marte; enfrentándose en una sarcástica batalla teomáquica en la que cada uno de los participantes se verá obligado a reconocer las maneras en las que ejerce poder sobre los otros desde su género, atacando (in)conscientemente desde el cuadrilátero sociopolítico que la han asignado.

La Venus de Milio Emilio Rangel, Escultura, México
Como resultado de este enfrentamiento Rangel logra hacer una redistribución de la vulnerabilidad, evidenciando la manera en la que el género opera como una especie de fantasía dotada de efectos de verdad, una ficción regulativa en la que ningún participante resulta victorioso, si no que por el contrario, vive en la repetitiva e incesante lucha de accionar correctamente los irrisibles modelos y arquetipos sexo-genéricos.

Venus etérea 1, Emilio Rangel México, 2021 Modelado en resina epóxica y pigmentos Medidas variables, 3 módulos