Citlali Haro (México, 1991) dibuja mujeres. Las examina, las ausculta, las reconoce. Empezó a pintar autorretratos en un ejercicio accidental de proyección con su experiencia. La vibración constante de sus personajes parte de la frecuencia con la que experimenta sueños lúcidos. La creación se vuelve una suerte de necesidad por resguardar la memoria en textos que sirven como preámbulo para el gesto. La paleta de color de Citlali Haro la define; entre un espectro casi infinito de rosas y una atmósfera de blanco y negro que se disgrega con la honestidad de las escenas, las obras reflejan un sentimiento de intimidad y melancolía que dialogan con una cotidianidad anónima.