Barry Wolfryd (USA, 1952) es un artista culturalmente adoptado por México, su poderosa propuesta creativa responde a arquetipos de las culturas que lo rodean, y a sentidos conceptuales que él decide ironizar, o replantear. Difícil llamarlo “pintor”, pues el tratamiento de su obra tiene que ver -también- con disciplinas gráficas como el dibujo, la ilustración y la caricaturización. Para Barry, todo es simbolizable; somos símbolos compuestos de símbolos, nuestros gestos, movimientos y conductas son símbolos. Su trabajo denota un entendimiento claro de la realidad y sus distintas versiones culturales. A él no se le engaña fácilmente, porque va por el mundo leyendo (y detectando) códigos. Al mirar su obra es claro, que todo le conmueve, que cuando nos mira (a los otros), nos compadece: por vivir atrapados en estructuras y discursos que para él, son divertimentos.