Curador Luis Ramaggio
en su estado de mayor intensidad,
el movimiento se transforma en calor

nadie sabe cómo manejar la realidad. el ejercicio de vivir se basa en un extraño sistema de implicaciones sinápticas que van complicando los actos existenciales y nuestra ingenua manera de "ver las cosas".
culturalmente, damos por hecho que sercomosomos es ya, un acto de estabilidad y armonía. que "estamos bien".
pero no.
la crudeza de los fenómenos físicos y la fuerza natural de la tierra y sus orgánicas estructuras, deja claro que no somos gran cosa; no somos estables ni armónicos. nuestra caótica composición "personal" es una mezcla de sustancias y energías en constante tensión; en disputa.
como cuerpos, somos envases-envasados. porque vivimos en una dimensión limítrofe, cósmica; compuesta también de sustancias y energías que se pelean por –físicamente– subsistir.
por lo menos, somos parte de lo que habitamos. estamos hechos de lo mismo que nos contiene. somos y volveremos al polvo...
el espacio que habitamos es finito. solo la conceptualidad y las emociones nos liberan de este encierro. ni queriendo, podríamos fugar el cuerpo a otras dimensiones. la tierra-terrícola nos tiene cautivos; encerrados, limitados y sobre todo: condicionados.
¿a qué?
-a consumirnos.
enrique minjares transgrede-porque-explora. su trabajo siempre ha sido la documentación y el registro plástico de peligros-personales; de esas oscuridades que todos cargamos como masscotas en nuetros desconocidos "interiores personales". él los conoce, y constantemente los observa. los contempla. así, en absoluta entrega a los fenómenos interiores del "lado B" humano, minjares convierte su obra en un agudo vehículo de sentido, evocativo sí, pero nunca ingenuo. sus piezas vibran, porque nos describen. nos culpan.
a través de sus composiciones es posible dimensionar la gravedad de nuestro dolor existencial, o reflejarnos en esa agonía dual: porque somos carne y espíritu titubeamos al momento de decidir entre el bien y el mal. entre lo que quieroser y lo que puedotener.

todos, absolutamente todos, vivimos en estado de combustión, de envejecimiento. más o menos lenta, más o menos dolorosa, pero no tan espontánea e inmoral como la del incendio.
el incendio es –solamente– un fast forward de lo que nos está pasando. ríndamosle culto a lo inevitable, porque es sagrado.
nos estamos cocinando.
luis ramaggio, curador.

